Las Salinas de O Ulló y Larache son el mayor complejo salinero que se conserva en Galicia. Su origen hay que buscarlo en el siglo XVI, aunque no será hasta el siglo XVII cuando Antonio Mosquera Villar y Pimentel obtenga licencia para “labrar sal”. En el año 1694 fueron traspasadas a los jesuitas de Pontevedra, que también construyeron una granja en la que trabajaban como labradores, marlotos (operarios de las salinas) y carreteros de sal el vecindario de las parroquias de Vilaboa.
En el siglo XVIII los jesuitas fueron expulsados de España y las salinas caen en el abandono, ya que la sal procedente de Portugal, Andalucía y Bretaña era suficiente para cubrir la demanda existente en el Reino de Galicia. Nunca más fueron explotadas.
Junto con el fondo de la Ría de Vigo, las salinas de O Ulló y Larache están incluidas dentro de la Red Natura 2000 como Zona de Especial Protección de los Valores Naturales de la Unión Europea. El objetivo es asegurar su conservación en virtud de su interés natural, cultural, científico, educativo y paisajístico.